Este artículo tiene como objetivo exponer la importancia del espacio
arquitectónico y su influencia en las conductas y estados de ánimo
del ser humano. Cuando hablamos de arquitectura sana, hablamos
de formas y espacios que nos hagan sentir mejor, que nos hagan mejores
personas. Conociendo la biología y la psicología del ser humano
podemos, con el diseño de espacios y mobiliarios, determinar ambientes
de confort. La experiencia de los últimos 10 años, en proyectos
de vivienda unifamiliar, haciendo uso de los descubrimientos de
la neurociencia y apoyados por la biomimesis y la ancestralidad de
la geometría, nos llevaron a resultados concretos que evidencian que
los espacios de la arquitectura doméstica en los que se utilizan determinadas
geometrías pueden ser determinantes en garantizar la salud
de cada ocupante y de cada familia.